En la cirugía estética, los cambios externos y físicos que se realizan, engloban diversas facetas y matices. Gran parte de estos cambios constituyen una transformación positiva que parten desde el origen real de la belleza, es decir, no sólo desde una silueta perfecta o un rostro perfecto, también proviene de la unión de nuestras particularidades y temperamentos que nos identifican como ser humano individual, esto es, nuestra personalidad.